domingo, 16 de octubre de 2011

Rugby


Por si alguno no ha leido nada a estas alturas sobre el tema, la copa mundial de rugby (RWC) se está celebrando en Nueva Zelanda este año. La pasión que los neozelandeses tienen por este deporte es una realidad que queda reflejada en cada esquina de esta ciudad. Allá por donde mires los All Blacks están presentes: camisetas, gorros, tazas, coches luciendo banderas, furgonetas customizadas… vamos, nada que envidiar a la orgullosa hinchada de la Roja.
En Auckland han habilitado una zona del puerto para tan magno evento donde han instalado desde un par de pantallas gigantes hasta una gigantesca pelota de rugby en la que puedes entrar para sentirte “totally in” (adjunto apoyo visual).





También te encuentras artistas (no lo digo yo, lo dicen sus camisetas) que te pintan amable y gratuitamente el símbolo del amado equipo local y te sientes el más kiwi de la fan zone.



El fin de semana pasado jugó Nueva Zelanda contra Argentina, dos equipos con mucha representación aquí (esto está lleno de argentinos), y quedó patente que ganan en saber estar a los futboleros, la alegría de la victoria y la decepción del fracaso se equiparan en moderación; al igual que ocurre con las decisiones tomadas por el árbitro, siempre aceptadas con respeto. Gente civilizada.

Por cierto, si alguno no sabe lo que los All Blacks hacen antes de cada partido para intimidar a su rival, poned “Haka All Blacks” en Google y no perdáis detalle...
No tenemos muy claras aún todas las normas de este deporte, pero una cosa es segura, si por cada golpe que reciben los jugadores se quejaran la mitad de lo que lo hacen los futbolistas, el rugby estaría extinto. Son auténticas bestias que desde el primer minuto pueden estar sangrando pero aguantan los 79 restantes como toros. Concretamente la forma física del equipo local es increíble… ¡¡jamonete!! que diría una amiga.

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