miércoles, 5 de octubre de 2011

Encuentros y Vida social


 La verdad es que desde que aterrizamos por estos lares, mi teléfono neocelandés no ha parado de trabajar.
Aquí no se estila llamar, todo funciona por sms. A los hechos me remito si os digo que por 20NZD mensuales (unos 12€) te dan 2.500 sms a móviles de aquí (2.500!!) y 100 sms a móviles internacionales de 30 países… una vez más Spain is different y no entra en la lista. Tanto es así, que la gente que pone anuncios de pisos o habitaciones, te dice “text me” en lugar de “call me”.
Antes de llegar a Auckland yo ya traía unos contactillos hechos, que si un bonaerense- colombiano, que si un vietnamita-kiwi, que si hindú, que si un pakistaní-kiwi… sí, aquí la gente es muy de nacer en un sitio pero criarse en otro.
Desde el primer momento en que llegamos no he parado de mensajearme con ellos, asi que os podéis imaginar qué ritmo lleva mi móvil… y lo que mola ver que tienes vida social al otro lado del mundo!!
El primero con el que quedamos fue con el vietnamita, Thang. Nos citó el viernes a las 23h a pie de la Sky City (la torre insignia de la ciudad, símbolo de Auckland, una prima hermana del pirulí de Torrespaña pero con más glamour, prometo poner una foto) con la promesa de llevarnos a un pub. El colega en cuestión apareció en su coche, bien arrimadito al volante (probablemente debido a su falta de destreza con éste), y desde el primer momento sólo supo decirnos lo caro que estaba todo, el mal momento elegido para ir y lo complicado que iba a estar encontrar una casa y un curro… vamos, la alegría de la huerta. En lugar de al pub nos llevó a su casa (muy chula por cierto) y alli, además de palabras alentadoras, se empeñó en repetirnos una y otra vez lo cansados que estábamos… “pues mira sí, que ya si eso dejamos lo del pub para otro momento, que nosotros durmiendo vamos a estar bastante más felices que contigo”. Y hasta aquí el vietnamita. Murió fue terrible.
Al día siguiente, no sin cierto recelo, quedamos con Alí, el pakistaní-kiwi, y el karma nos recompensó. Alí ha resultado ser un encanto de chaval enamorado de España, que además de hablar bastante español, le encanta el flamenco y el parque del Retiro. Pasamos toda la tarde con él y, como ese día había doble partido del mundial de rugby, le enseñamos lo básico que debía conocer cuando estuviera en España: ir de cañas. Aunque aquí no se puede hacer igual que allí por motivos monetarios, fue muy divertido, sobre todo porque ver la indumentaria de las hinchadas escocesa y sueca no tiene precio: kilts, caras pintadas, cuerpo enteros enmallados a los que se les transparentaba hasta el dni… y todo esto bien regadito con litros y litros de alcohol. Curioso.
Ahora tenemos a Alí malito, pero nos escribe todos los días para ver que tal estamos. Un encanto.

Y ya sólo me queda el bonaerense- colombiano, con este he quedado esta misma tarde. Se llama Jaime, lleva 6 meses aquí, tiene el mismo visado que nosotros y ha conseguido trabajar en los suyo (ADE). También es un tipo muy majo que se ofreció a ayudarnos desde el primer día. Me ha estado contando su experiencia y dándome consejos sobre cómo hacer algunas cosas por aquí. Hemos quedado en tomarnos unas cervezas el viernes.

Por lo demás hoy hemos salido un poco con la gente del backpacker. Habia organizada una fiesta en un bar-restaurante cercano y nos han invitado a unas cervezas y unas pizzas mientras sacaban a guiris varios al escenario a hacer el moñas.

Iremos ampliando las informaciones sociales con el tiempo. Ahora me voy a dormir que mañana tenemos nuestra primera cita para ver un piso. Deseadnos suerte!

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